Ni ganadores ni perdedores absolutos: las lecturas de los politólogos sobre el referéndum
La Diaria Publicado el 28 de marzo
“Los que ganaron” se “llevaron alguna amargura” y los que perdieron “tienen algún guiño hacia el futuro”, analizó Diego Luján, mientras que Óscar Bottinelli consideró que “este resultado no deja bien parado al presidente”
Tras una ajustada victoria del No a la derogación de 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC) en el referéndum del domingo, se abre una etapa de análisis de las implicancias del resultado de esta instancia electoral, que desde el primer minuto generó lecturas disímiles en oficialismo y oposición.
Mientras que en el comando del No se celebró el resultado como un triunfo y se remarcó la cohesión de la coalición en la campaña, la Comisión del Sí identificó un “triunfo político” en la paridad y un mensaje al gobierno de la ciudadanía.
¿Qué interpretaciones hacen los politólogos de la consulta popular? En principio, hay una lectura generalizada de que los resultados no dejan ganadores ni perdedores absolutos, sino un sabor agridulce para ambas partes.
El politólogo Diego Luján
dijo a la diaria que “el resultado no permite hacer análisis muy tajantes”, sino que, en cambio, “los que ganaron se llevaron alguna amargura, y los que perdieron tienen algún guiño hacia el futuro”, mientras que
la politóloga Marcela Schenck dijo en TV Ciudad que “la primera interpretación, y la más lineal, es que este resultado es un golpe para quienes promovieron el Sí”, pero que, a su vez, “la campaña sirvió para agrupar a los partidos de la coalición frente a un adversario común y también fortaleció a la oposición”. Schenck, en agregado, destacó que “el escenario en torno a las opciones del Sí y del No se asemeja al de noviembre de 2019, lo cual es más positivo para la oposición -porque se acerca al techo de su votación- que para el gobierno, que en este caso tiene su piso” y que “habría sido lo opuesto si se acercaba a la votación de octubre [cuando los partidos de la coalición sumados llegaron a 54%]”. Asimismo, Schenck señaló que el “alto perfil” que adoptó Lacalle Pou en la campaña lo “ata” en cierto sentido a la evaluación futura que pueda hacer la población de los efectos de la LUC, que “no se terminó con la votación”.
En la misma línea, Óscar Bottinelli apuntó en una entrevista con Desayunos informales, de canal 12, que este tipo de contienda no es igual a la “clasificación” a un Mundial, “donde el resultado tiene que ser se clasifica o no; las lecturas políticas son mucho más matizadas”. Bottinelli señaló que el hecho de que la LUC se mantenga “es una victoria para el gobierno o la coalición”, con el agregado de que “el voto en blanco no fue decisivo para que el No le ganara al Sí”. Sin embargo, resaltó que la opción promovida por el gobierno no superó “el 50% del total de votantes, y, más aún, el No más el voto en blanco tampoco” -esto contando dentro del 100% a los anulados-, lo cual refleja que “la LUC no tiene, en principio, el respaldo de la mayoría absoluta del país”.
La directora de la consultora Cifra, Mariana Pomiés, planteó en el programa Doble click de Del Sol FM que “el gobierno logró su cometido de mantener los 135 artículos, algo que hace unos meses parecía bastante más fácil que en las últimas semanas, cuando parecía que la opción de derogar se venía acercando”; pero, a la vez, el Sí “estuvo cerca” de alcanzar su objetivo de derogarlos, con el agregado de que “no fue fácil juntar las firmas en pandemia” y “con pocos recursos económicos para hacer una campaña, que sabemos que es fundamental”. “Se apoyaron sobre todo en la gente y lograron desafiar al gobierno y de muy cerquita”, analizó.
El politólogo Mauro Casa hizo sus apreciaciones sobre el resultado electoral en 970 noticias, de la radio Universal. Consideró que “a nivel macro” el gobierno se fue “a dormir tranquilo” con lo conseguido, porque “logra un triunfo” en “un tipo de situación que es muy binaria”, y “sale fortalecido porque la ley más importante que presentó en lo que va del período fue ratificada y la oposición no consigue el objetivo de derogar”. Sin embargo, entrando en “la etapa de los matices”, subrayó que “al gobierno le hubiera gustado ganar por una diferencia mucho más holgada, y que la opción del No fuera mayoría absoluta”, algo que no logró.
En tanto, en la vereda de enfrente, “el Frente Amplio (FA), el PIT-CNT y otras organizaciones sociales que intentaban derogar esta norma pueden también pensar que obtuvieron un resultado bastante favorable”, porque “si bien no logran el objetivo principal, sí logran un posicionamiento claro, sí logran transmitir un mensaje, el respaldo de más de un millón de votos y un resultado calcado al del balotaje de 2019”, analizó Casa.
Bottinelli: “Este resultado no deja bien parado al presidente” Para Bottinelli, el escenario de paridad que resultó de la consulta popular “no deja bien parado al presidente”, y “eso se reflejó en su cara anoche en la conferencia de prensa: no fue nada exitoso lo que él exhibía”. El politólogo señaló que este “debilitamiento” del rol del mandatario se exacerba cuando se tiene en cuenta que “la pandemia creó una situación anormal” que “ayudó a mejorar la performance de casi todos los jefes de Estado y de gobierno” en el mundo, que se sumó a la “intensidad” y “calidad técnica” del marketing político del gobierno de Lacalle Pou. “En Uruguay no se había visto un gobierno que manejara con tanta precisión las apariciones del presidente”, en referencia a la campaña del No, aseguró. “Era una dirección perfecta de campaña electoral. La figura del presidente se ensalzó durante estos dos años en el marco de la pandemia; hubo una construcción de figura presidencial muy exitosa y nada improvisada”, observó Bottinelli, y recalcó que para haber tenido esos antecedentes en la campaña, la votación del No no fue buena: “La impresión que uno tiene es que acá tienen que producirse cambios internos y externos al gobierno”, indicó. Agregó que a nivel de coalición “da la impresión de que el presidente ha salido debilitado”, aunque “esto no quiere decir que tiene que renunciar el gobierno”, sino “la necesidad de actuar precisamente para fortalecerse”. En el análisis de Bottinelli, a partir de ahora el gobierno deberá hacer una revisión de “cómo se maneja la coalición”, que a su entender “precisa diálogo”, porque “le queda no sólo otro tanto de lo que hubo hasta ahora, sino la mitad en la que realmente empieza a gobernar, donde ya no está la pandemia como gran paraguas en el que todos estamos asustados”.
¿Qué esperar hacia 2024?
Pomiés manifestó que si bien la derrota del domingo “es un balde de agua fría” para la militancia del Sí, “estratégicamente” el FA queda “bien posicionado”, y “en su discurso de cara a las elecciones [de 2024] también lo deja con algunos argumentos positivos”. Por tanto, sostuvo que Lacalle Pou “va a tener que negociar” con la oposición, porque “el FA va a venir a decirle que 48,8% de los votos válidos no estaban de acuerdo con mantener estos artículos”. A su entender, el mandatario “sabe que va a tener que negociar, por ejemplo, la reforma de la seguridad social” y “la reforma educativa”. En cuanto a la interna de la coalición,
Luján dijo que le “cuesta vislumbrar cambios profundos en la forma que el presidente tiene de relacionarse con sus socios”, una “forma hiperpresidencialista de ejercicio del poder, en que los socios están varios escalones por debajo de la figura del presidente”. Aventuró que no es esperable que haya cambios “salvo que mediara algún hecho puntual que llevara a eso, como por ejemplo impedir una ruptura inminente o algo por el estilo, que no se vislumbra hoy en día”. “Puede haber ajustes acerca de cómo se relacionan los socios de la coalición, pero me parece que siempre va a primar el presidente por sobre el resto”, analizó. Los politólogos coinciden en que el resultado del referéndum puede tener incidencias en el mapa político de cara a la elección nacional de 2024.
Para Casa, la izquierda recibió “buenas señales de cara a las elecciones” y “hay un armado de sus grupos militantes” y una estructura aceitada “en todo el territorio nacional; para el FA es una muy buena noticia que durante todos estos meses estuvieron los comités de base abiertos, los militantes entusiasmados, motivados, en la calle haciendo su trabajo de activismo”. “La izquierda no logra su objetivo de derogar pero sí logra sacar un resultado auspicioso y que la deja en buenas condiciones de apostar por recobrar el gobierno en 2024”, analizó.
En tanto, para Luján, el FA “viene mostrando una capacidad de reconstrucción que empezó con la recolección de firmas y siguió en las elecciones internas en las que logró un aumento de la participación”, y luego del referéndum “se termina de consolidar la nueva era del FA; como que ya pasó el momento de autoflagelación y parece que se dispone de una buena forma para ser competitivo en 2024”. No obstante, también resaltó que “al gobierno le permite llegar con una ratificación que hace pensar que la coalición pueda tener una vida un poco más larga y próspera de lo que hubiera sido en caso contrario”.
Luján afirmó que en el caso del presidente del FA, Fernando Pereira, el efecto “es un poco más lineal, porque él de algún modo se está estrenando” y “no tenía una línea de base con la que comparar, como sí tiene Lacalle Pou”. Explicó que para Pereira “es un buen comienzo” ya que logró “embanderarse en una jugada complicada”, que fue primero conseguir las firmas, y luego “presidir el FA, en una elección muy complicada, y salió airoso”. “Creo que esto le da un espaldarazo y termina de consolidarlo como alguien que va a tener voz en el FA, y que probablemente trascienda la sectorización tradicional que ha tenido el partido. Esto contribuye a darle una visibilidad y una legitimidad que, de otro modo, quizá no hubiera tenido o le hubiera costado más conseguir”, analizó.
En tanto, Pomiés opinó que también salió “bien parada” de la instancia del domingo la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, porque pudo “posicionarse y acercarse a varios sectores de la población”. Por el contrario, señaló que al intendente de Canelones, Yamandú Orsi, “se lo vio menos activo” en la campaña, lo que “podría debilitar su posición, salvo que argumente” su decisión. En ese sentido, apuntó que “Orsi siempre tiene la disculpa de que gobernar también lleva su tiempo y sus energías”.
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